- • El doctor Nain Martínez, de El Colegio de México, institución integrante de la Red ECOS, externó que “la ciencia es una herramienta, no una panacea”
Para el doctor Nain Martínez, profesor-investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, centro de estudios que forma parte de la Red ECOS, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, que se celebra hoy, debe llevar a explorar las vías sobre cómo la ciencia puede servir mejor al bien público.
Se requieren esfuerzos concertados entre científicos, educadores, comunicadores, formuladores de políticas y la sociedad en general para aprovechar su potencial. “Debemos recordar que se trata de una herramienta, no una panacea, y debe complementarse con valores humanísticos para tener un impacto positivo”.
La conmemoración se recrea desde el 2002 para recordar el compromiso que se asumió en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, que tuvo lugar en Budapest en 1999, bajo el auspicio de la Unesco y el Consejo Internacional para la Ciencia. Busca renovar hacer énfasis en el uso científico responsable para el beneficio de las sociedades, en particular, para erradicar la pobreza, así como la reducción de la brecha entre la ciencia y la sociedad.
El doctor Martínez, quien realiza estudios sobre ciencia y tecnología, así como gobernanza ambiental, expuso que “los científicos pueden comunicar mejor su trabajo a las comunidades. Así, los medios de comunicación pueden informar de manera precisa; los educadores pueden enseñar pensamiento crítico y alfabetización en este ámbito, y el gobierno, financiar la investigación y crear políticas basadas en evidencia”.
A su vez, la sociedad puede presionar por transparencia, rendición de cuentas y acceso equitativo a los beneficios, especificó.
Desde la perspectiva del investigador, el lema que eligió la ONU este año: “crear confianza en la ciencia”, es de gran relevancia, pues el cumplimiento de esta premisa ha ido a la baja, lo que complica el abordaje de los desafíos basados en evidencia. “Reconstruir la confianza necesita transparencia, comunicación efectiva y mantener altos estándares éticos, y que los científicos asuman un compromiso con estos principios”.
Estamos frente a un contexto marcado por los conflictos armados, migraciones y fenómenos relacionados con el cambio climático. Por sí sola, la actividad científica no puede resolver los grandes problemas, pues se requieren soluciones políticas, económicas y sociales, junto con avances científicos y tecnológicos.
Por ello, invertir en investigación, desarrollo y educación científica sigue siendo crucial, incluso en tiempos de crisis, porque es una de las claves del progreso humano. Por conducto de la investigación, resumió, se han desarrollado alternativas como las energías renovables y las políticas de transición.